Obrador siciliano, segunda mitad del siglo XVII.
Filigrana de plata en su color.
Medidas: 13 x 9 cm.
Monasterio de la Encarnación de Osuna
Esta joya-relicario que guarda el monasterio de la Encarnación de Osuna es una buena muestra de filigrana en plata característica de la producción italiana barroca. Y así lo consideramos si nos atenemos a su técnica y diseño que no son los habituales de la producción española y andaluza de este periodo, y sí lo son de los talleres italianos, y especialmente de los sicilianos.
Reproduce el modelo de cruz pectoral de tipo colgante, común en la joyería católica de los siglos XVI y XVII, que además tiene la función de contener una reliquia en su interior, pues estas también solían incluirse en muchas de estas piezas religiosas con una finalidad protectora (Arbeteta, 1998: 35-37). Concretamente, reproduce la típica cruz latina de brazos rectos, perfilados por una moldura entorchada que sujeta las paredes de cristal que hacen las veces de teca encerrando los pequeños trozos de reliquias que en la actualidad han desaparecido. Esta estructura argéntea sirve de apoyo para la filigrana que se desarrolla a su alrededor, donde un hilo de plata más grueso va describiendo estilizadas y ondulantes hojas que generan un perfil aparatoso y exuberante. Además, dentro de estas hojas se desarrolla otra trama de filamentos argénteos más finos que trenzados van disponiéndose en paralelo cubriendo toda su superficie, y terminando cada uno de estos hilos en bucles y espirales que coinciden con las expansiones ondulantes de las foliáceas.
Sin duda, tanto la técnica descrita como la manera de recrear los ramos de hojas alrededor de la cruz recuerdan a las labores de joyería del sur de Italia, desarrolladas durante la segunda mitad del siglo XVII. Se asemeja bastante a los trabajos de filigrana de uno de los centros de producción más activos en Sicilia, como lo fue Messina, donde sus orfebres se especializaron en estas labores afiligranadas, ejecutando desde piezas de culto de gran monumentalidad hasta piezas de joyería como la que estudiamos. Por ejemplo, entre las primeras hallamos los bellísimos báculo y ostensorio del arzobispo Roano de la catedral de Monreale, obras mesinesas realizadas entre 1673 y 1703 (Di Natale, 2008: 169-172), o la custodia de Lazcano (Guipúzcoa) labrada también en esta ciudad italiana en el segundo cuarto del siglo XVIII (Miguéliz, 2000: 601-609). Pero tampoco faltan los colgantes en forma de medallas y relicarios como el que estamos tratando, que con una orla de filigrana parecida a la de esta cruz, se conservan en varias colecciones privadas y públicas sicilianas (Di Natale, 2008: 162-165). Una presencia de una joya del sur italiano en este convento que no nos puede resultar extraña, ante la histórica relación que siempre guardó esta comunidad mercedaria con este territorio.
Fuente: Santos Márquez, Antonio Joaquín: «Cruz relicario», Italia en Osuna, Osuna, 2018, pp. 140-141.
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